martes, 19 de mayo de 2015

Problemática del Poder. O no todo son espadas +20.

Queridos seguidores míos y de La Casa 38: Os hago saber que, por motivos de fuerza mayor, los anfitriones de esta, nuestra querida casa, no se encuentran día sí y día también en un vehículo marítimo rodeados de señoritas de alquiler. Por desgracia, cada uno de nosotros estamos demasiado ocupados como para poder atender otros asuntos pero, de vez en cuando, sacamos un poco de tiempo para escribir paridas de este tamaño. Espero que la disfrutéis.

Justo ahora he terminado una discusión con +Dorian Vizsnic sobre una futura partida que quiero montar. Empecé diciéndole que quería dirigir algo en un nuevo nivel de poder, y él tiró por un derrotero cuando yo realmente iba por otro. Al final hemos sacado algo más de trasfondo para cierto proyecto que tenemos entre manos y poco más.

Pero la conversación me dio que pensar. ¿Qué significa el poder para nosotros, roleros? Para muchos, el poder se basa en una ristra de modificaciones en positivo que le permiten a su personaje pegar toñas más grandes a otros personajes y/o jugadores. Otros tienen una definición que ellos creen más refinada y que, en el fondo, no se diferencia en nada de la primera: la magia. Conjuros más grandes y mejores, encantamientos chulos y todas esas paridas que puede hacer un mago perdiendo experiencia e invirtiendo algo de tiempo utilizando uno de los sistemas más absurdos jamás creados.

A ver... CA 36, Ataque Base +82/+78/+74/+70/+... ¿Qué? ¿Que dices que ya lo he matado? Pero si no he tirado dados...
Hay muchos, creo que la mayoría, que consideran que el poder reside en la riqueza acumulada. Y la riqueza solo se acumula en piezas pequeñas, generalmente redondas y de un resplandeciente color dorado. Es una opinión justa y muy adecuada a la época en la que nos ha tocado vivir, entendiendo que el dinero todo lo es y todo lo puede. Y, en cierto modo, así está planteado en más de uno y dos manuales de más de uno y dos juegos. Incluso si considerases que el poder significa tener un bonificador más grande que el de tu compañero, podrías conseguir ese bonificador más grande utilizando el oro. Y es que el dinero tiene esa curiosa cualidad de servir como medio para llegar a ninguna parte y ser un fin en sí mismo a la vez que está carente de todo significado.

Después de comprar el mundo entero, no sé por qué sigo acumulando esta basura.
Yo he pasado por los dos estadios, y no me refiero ni al Bernabéu ni al Camp Nou, aunque también. Al principio yo era de los que creía que solo el dinero significaba poder. Luego, y coincidiendo con esa época en la que dirigía con más desgana, solo consideraba que el poder se obtenía a niveles 30+ y con bonificadores de tres cifras. Pero ahora, que más o menos vuelvo a centrarme, me estoy centrando más por una opinión que, aunque no es nueva, agradecería que hubiese aparecido en mi vida como rolero mucho antes: El Poder como Libertad.

No se trata simplemente de ser más fuerte que tu compañero de mesa ni de tener más oro que el duque de tal o cual reino, porque la referencia de un dragón en una bañera de monedas de oro me queda demasiado Tolkien. Se trata de que tienes, como personaje, la capacidad de ser libre. Y este tipo de poder es algo que puede alcanzarse y mantenerse desde el nivel de juego que todos consideran el menos poderoso: el nivel 1.

Este, señores míos, es el personaje más poderoso que conozco. Totalmente libre y algo echao a perder de la cabeza. Lo tiene todo, papi.
Desde mi nada humilde opinión, considero que esta última forma de poder es la más digna. Y creo que todos nosotros, roleros, así lo consideramos. Los bonificadores con el tiempo llegan y el oro de nuestros personajes va y viene. Pero prívale a un jugador la libertad de su personaje y toda la mesa entenderá hasta qué punto la libertad propia y ajena es importante. O dejarán que ese personaje se pudra en la cárcel y se harán otra ficha, que también suele pasar. Y eso está feo.

Borgeos.

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